
La lluvia mojaba su cara y caía por su pelo, recorriendo sus rizos. Estaba sentada en el banco del parque esperando poder recordar por qué no sonreía y no le apetecía bailar. Sentía que le faltaba algo, pero no sabía el qué. Puede que fuese el brillo del sol lo que le daba las ganas de bailar, o las mariposas azules que revoloteaban a su alrededor. De repente dejó de mojarse, aunque aún llovía. Irene levantó la cabeza, un paraguas verde la cubría por completo. El chico del paraguas se sentó junto a ella en el banco, sin decir nada. Irene entrelazó sus dedos con los del chico, se levantó y, con una sonrisa, empezó a bailar con él.
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ResponderEliminarque bonito, me ecnata . . . :D
Saludos Franceses!!
Me gusta tu blog y tu estilo, hay bastante potencial en ti; a diferencia de la mayoría que escribe en la blogesfera, tu brevedad es destacable. Suerte.
ResponderEliminarPD: Estaré volviendo para ver tus progresos.
esas sonrisas que te elevan hasta el cielo :)
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